sábado, 30 de junio de 2012

Arantzadi Auzolanean


ARANTZADI AUZOLANEAN NACE PARA DEFENDER LAS HUERTAS DE ARANZADI

Esta zona de huertas "está en grave riesgo" pese a ser "un gran espacio fértil", advierte el colectivo.

Un grupo de pamploneses ha puesto en marcha el proyecto Arantzadi Auzolanean, con el que pretenden "recuperar y defender" una zona de huertas, como la de Arantzadi, que "está en grave riesgo" pese a ser "un gran espacio de tierra fértil"en "el corazón" de Pamplona.

Vista de una de las huertas de Arantzadi. (Oskar Montero)

"Como en tantas ocasiones, los responsables del Ayuntamiento quieren destruir este espacio, con otro de sus grandes proyectos urbanísticos sin sentido", han asegurado en un comunicado, en el que han criticado que se trata de "destruir más de quince hectáreas de huerta fértil para sustituirla por hormigón" con la construcción, entre otras, "de un irónico museo de la huerta, que sepultará las huertas vivas que hoy existen".

El coste del proyecto "es enorme" y "supone el fin del modo de vida de agricultores que han sido pioneros en la agricultura ecológica de Navarra, así como la ruina económica para varias familias", han afirmado.

Frente a esto, se han propuesto "expropiar" al Ayuntamiento un espacio de dos hectáreas y media para comenzar a trabajar esta tierra, con la intención de producir alimentos para los cientos de familias que en Pamplona, con la crisis "ya empiezan a pasar hambre".

Quieren con ello "defender la cultura hortícola" de Pamplona frente a una iniciativa urbanística que "pretende convertir miles de metros cuadrados de huerta fértil y viva en un parque improductivo y de ocio pasivo""Un parque totalmente impopular, innecesario y muy costoso para los ciudadanos, a los que no reportará ningún beneficio", han asegurado.

Según han explicado, Arantzadi Auzolanean es un proyecto de auzolan que están desarrollando desde hace una semana en la que fuera huerta de los Aldaya, "para aprovechar su fertilidad cultivando alimentos para aquellos que más lo necesitan".

"Llevamos casi una semana trabajando y desde el primer día hemos sufrido las trabas de la Policía Municipal", han señalado en el comunicado, en el que han informado de que les han "decomisado las herramientas", hasta diez azadas, con las que preparaban la tierra, y de que también les han abierto diligencias por desobediencia "por no querer dejar de desbrozar".

"Y si no fuese por lo absurdo de la situación, nos habrían detenido por no querer dejar de trabajar", han agregado.

Tras mostrar su convicción de que se trata de un proyecto "honrado y legítimo", han señalado que también es una iniciativa "solidaria y de transformación social" al proporcionar alimentos a los más necesitados.

Con esta convicción, han asegurado que, pese a las trabas encontradas, sus "ganas" siguen "intactas" porque además "cada día aumenta el apoyo y el número de personas que se acercan a echar una mano" en este proyecto, que se prolongará durante todo el verano.


domingo, 24 de junio de 2012

Noche de San Juan (I)

Este fin de semana se celebraban en nuestro barrio las hogueras de San Juan, una tradición que se pierde en la noche de los tiempos con la que nuestros antepasados celebraban el día más largo del año y el comienzo del verano.


Y cuál fue el escenario de esta fiesta milenaria: nuestra campa. ¿Por qué? Porque quizá sea el único espacio en el barrio donde todavía podemos celebrar la noche de San Juan.


San Pedro

San Pedro no es una campa, es un barrio. Bueno, más bien fue un barrio. Tres manzanas de edificios de tres alturas con una zona de porches cuajada de comercios (panadería, pescadería, peluquería, farmacia, supermercado, bar, carnicería...) y una plaza central donde los niños jugaban y los ancianos tomaban el sol.


Hoy en día, los comercios han huido a zonas más habitadas y ya no juegan los niños en el barrio de San Pedro. Los ancianos se marchitan en sus casas, pisos sin ascensor, mientras el dueño del complejo, que no es otro que el Ayuntamiento de Pamplona, observa impasible la agonía de este bello rincón de nuestra ciudad. Habría que preguntarle a él qué está esperando para darle un futuro a este barrio.

 

miércoles, 20 de junio de 2012

Iluminación


 Este fin de semana un vecino desconocido aprovechó que durante las fiestas del barrio algún energúmeno había tirado las vallas que rodean nuestra campa. Cogió algunas de ellas y protegió el único árbol que todavía se mantiene en pie, un aligustre.


Se ve que en el barrio hay alguien más que se preocupa por nuestro árboles.




Zoom +

Recopilamos aquí diferentes vistas áreas del área de la Rotxapea donde se ubica nuestra campa. Como podemos apreciar el paisaje ha cambiado bastante durante el último siglo.
No os equivoquéis, a partir de la tercera foto el gris proviene del blanco y negro de la fotografía.

2010

2000

1956-57 

1929




lunes, 18 de junio de 2012

Salvemos Arantzadi

En este post nos hacemos eco de una iniciativa que pretende preservar un espacio cercano a nuestra campa: Arantzadi. Valorarlo por vosotros mismos.





sábado, 16 de junio de 2012

Tercer milenio

He aquí una pequeña galería de fotos que muestra la evolución de la campa a lo largo de la primera década de este tercer milenio. El boom inmobiliario a vista de pájaro.
1998-2000
Una pequeña paradoja espacio-temporal. El lugar que ahora conocemos como campa estaba poblado por edificios, tanto pisos como fábricas ya en desuso (el enorme edificio que se ve en la esquina inferior derecha era la antigua Ingranasa, una fábrica de mantequillas) como antiguas casas de labor que quedaron enfangadas en un mar de cemento. Y lo que hoy en día se ha trastocado en pisos, hace algo más de 10 años era una campa, realmente un almacén en desuso de la serrería que allí hubo durante muchas décadas y que todavía puede observarse en esta fotografía. Solo hay algo que no ha cambiado: a la cabeza del Boulevard de la Rochapea en fase de construcción, todavía hoy, 14 años después, todavía le falta un hemisferio.
2004
Aquí vemos que la serrería ha desaparecido y sobre ella han nacido viales y edificios de pisos, alguno de ellos todavía inacabado, como la torre que se observa abajo. La casa de labor también ha sido derruida, aunque sobre la campa se alza todavía un edificio, que realmente por esa época debía estar ya deshabitado y sus habitantes realojados. En la parte de arriba vemos que también otra antigua campa ha sido reconvertida en cancha deportiva. Punto positivo. No todo van a ser malas decisiones aunque estemos en pleno auge de la "burbuja inmobiliaria".
2006
La construcción del Boulevard de la Rotxapea se ha reactivado. Sí, es esa masa gris que ocupa casi todo el centro de la imagen y que ha obligado a cortar temporalmente el vial que en la fotografía anterior lo atravesaba. De paso, ha permitido un aparcamiento temporal. También tenemos más edificios y otros que ya se han acabado. Arriba a la derecha han habilitado una zonita verde propiciada quizá por la existencia de un árbol singular del que hablaremos en otro momento. Nuestra campa ya tiene una configuración muy similar a la que aún hoy, seis años después, mantiene.
2008
El gris gana la partida. Y nuestra campa espera a que el precio de la vivienda siga subiendo para que sobre ella se edifique el remate al Boulevard. El vial que lo atraviesa ha recuperado su uso y ha nacido una estructura metálica que lo techa y que tiene su continuación sobre la cabeza del Boulevard. También ha nacido otra campa, sobre la parcela que cerrará la edificación de la derecha. Los coches la han invadido mientras llega su uso final.
2009
¡Crisis! Pocos cambios respecto al año anterior. Es como si el tiempo se hubiera detenido. También para la campa. Solo una cosa ha cambiado en ella (aparte de que esté más seca que en la foto anterior, aunque esto se debe seguramente a la época del año en que fue tomada la fotografía). Si nos fijamos bien, vemos una sombra en su parte central inferior, algo escorada hacia la derecha. Es el cartel que anuncia la próxima construcción de viviendas. Aún sigue ahí, oxidándose.
2010
Segundo año de la crisis (para algunos primero). Continúa el parón y es visible a vista de pájaro. Nada se mueve. Tan solo un cambio respecto a la fotografía de 2009. Una promoción de viviendas para alquiler de joven se está levantando a la derecha de la campa. 
2011
Y aquí acaba nuestro pequeño repaso histórico. La promoción de viviendas de alquiler ha terminado. Los coches, vistos desde aquí, semejan pequeñas hormiguitas que van invadiendo cualquier zona en desuso sobre la que puedan aposentar sus ruedecitas. Ahora invaden nuestra campa. Esta situación afortunadamente ya no se da, desde el día en que la constructora a la que pertenece el suelo de nuestra campa decidió vallar su perímetro para evitar que los coches anduvieran subiéndose a las aceras y llenándolo todo de barro y suciedad.









miércoles, 13 de junio de 2012

Paseo de Anelier (y II)

Más fotos de este basurero ubicado en lo que en su día se vendió a los vecinos del barrio como la "flor y nata" de la Nueva Rotxapea: grúas abandonadas, casetas de construcción apiladas, basura...




Paseo de Anelier (I)

A escasos 50 metros de nuestra campa se encuentra este lugar, flanqueando el inacabado Paseo de Anelier, que une la Rotxapea con el casco antiguo de Pamplona. Sobre el edificio que le corta el flanco sur, se apilan varias casetas de obra. Una grúa desbaratada se aposenta en su centro. Un vertedero de la construcción en pleno corazón del barrio.






lunes, 11 de junio de 2012

Huertos urbanos

PROLIFERAN LOS HUERTOS URBANOS EN ESPAÑA

La situación económica del país ha llevado a replantearse el modelo económico en el que vivimos a muchas personas.
Algunas de ellas se han organizado para cultivar huertos compartidos como una forma de cooperación y de corresponsabilidad con su entorno.


"Veo esencial que existan espacios abiertos a los ciudadanos en los que haya actividades y las personas se reúnan, porque una parte de la crisis es también social", nos cuenta uno de los impulsores del huerto urbano El Caminito, en el céntrico barrio de Fuente Olletas de la sureña ciudad de Málaga, que pidió ser citado solo por su nombre: Jorge.

El Caminito ocupa desde mediados de 2011 un solar baldío cedido temporalmente por el ayuntamiento malagueño. Tras acondicionarlo, plantaron árboles y sembraron verduras y legumbras, como tomates, garbanzos, maíz, aguacate y brócoli, en una parcela de unos 100 metros cuadrados.

"La crisis en la que estamos inmersos lleva a un cambio de paradigma. Los huertos urbanos tienen relación con la quiebra del sistema económico y los movimientos sociales tradicionales", dijo José Luis Fernández, responsable de huertos de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid, con 260 organizaciones.

España es uno de los países de la Unión Europea más castigados por la crisis financiera que estalló a nivel global en 2008, lo que ha llevado al gobierno derechista de Mariano Rajoy a imponer fuertes recortes económicos que tocan fundamentos del estado del bienestar, a fin de bajar el déficit fiscal en más de tres puntos este año, respecto de 2011.

Un dato ejemplifica la situación social actual, en un país con [un ]24 por ciento de su población activa desempleada. Andrés Conde, director de programas del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recordó este viernes 8 que [el] 26 por ciento de los niños españoles están en el umbral de la pobreza, una situación solo similar en Europa a Bulgaria y Rumania.

Hace unos seis años comenzó a hablarse de los huertos urbanos, peo fue durante los dos últimos años cuando se produjo su auge. Solo en la comunidad (región) de Madrid superan la veintena, gestionados por asociaciones de vecinos, universidades, grupos ecologistas y el ayuntamiento de la capital española.

Muchas asambleas de barrio derivadas del Movimiento 15M, que reivindica desde el 15 de mayo de 2011 una democracia más participativa, están vinculándose con asociaciones de vecinos para multiplicar estas iniciativas.

"Lo fundamental es que tenemos autonomía para gestionar el huerto. Es pura democracia participativa", subrayó Jorge. Unas 15 personas que rondan la treintena de años participan directamente de los trabajos y asambleas de El Caminito, pero hay más vinculadas, entre ellas niños y adultos mayores.

Fernández contó que se trabaja en la regularización de los huertos comunitarios, ya que [el] 85 por ciento de ellos no cumple la ley. Se trata de ocupaciones, normalmente de espacios públicos en desuso o bien "cesiones temporales en precario, muy endebles".

El activista abogó porque las instituciones organicen un marco jurídico para estos huertos y que los planificadores urbanos los tengan en cuenta en igual forma que las zonas verdes u otros espacios citadinos.

"Los huertos urbanos no solo recuperan un espacio en desuso, sino que también son lugares de encuentro, centros sociales al aire libre que promueven valores", destacó.

En su opinión, los ayuntamientos no se oponen a los huertos comunitarios, pero "falta voluntad política" y "tienen miedo" de que se consolide el movimiento ciudadano en torno a ellos. "Los huertos urbanos comunitarios son espacios intergeneracionales polivalentes y su marca de identidad es el protagonismo ciudadano", subrayó Fernández.

Como ejemplo puso el huerto comunitario Adelfas, en un barrio de Madrid, es un espacio de encuentro para nuevos vecinos, dinamiza las asociaciones que ya existen en los centros escolares cercanos e integra a un local próximo para ancianos.

También brinda la posibilidad de aprender horticultura. El cultivo de una parcela ayuda a pensar y debatir sobre problemas complejos como el sobredimensionamiento de las ciudades, el monopolio de las empresas distribuidoras de alimentos y los transgénicos. De hecho, vinculadas a los huertos, nacen en los barrios cooperativas y grupos de consumo autogestionarios.

"Si no tienes relación manual con las plantas no valoras la actividad agrícola", dijo Fernández al detallar los beneficios de estos huertos. Añadió que paisajistas, ingenieros agrónomos y otros técnicos, que engrosan los más de cinco millones de desempleados que hay en España, encuentran en ellos un lugar en el que poner sus conocimientos al servicio de una propuesta colectiva.

Jorge acotó que los huertos comunitarios permiten crear redes de amistad con personas afines y ampliar la vida social en un momento en el que la "la gente está adormecida".

En Adelfas, hay asambleas mensuales, jornadas de trabajo colectivo y de "huertas abiertas", además de comisiones de mantenimiento, talleres y charlas. Cada huerto se organiza autonómamente, pero todos son gestionados de manera participativa, forman comunidades en torno a ellos y contribuyen a elevar la autoestima y a formar redes de ayuda mutua. "La forma de vida que llevamos impide el contacto con nuestros vecinos y la naturaleza", lamenta una de las organizadoras de un huerto comunitario en la provincia de Málaga, Victoria Barceló. Aseguró que encontró en la iniciativa un "sentido de convivencia" y una puerta a una mayor preocupación por su salud y por su alimentación.

"Los huertos urbanos demuestran que son posibles a nivel local otras prácticas alternativas a las políticas actuales", comentó Esther Vivas, del Centro de Estudios sobre movimientos sociales de la Universitat Pompeu Fabra, en la nororiental ciudad de Barcelona. La socióloga apunta que los huertos aportan soluciones concretas, como el autoabastecimiento, a problemas específicos, y suman un componente formativo.

"Hay que quitar todas esas hierbas. Aquí hay mucho trabajo por hacer", detalló a IPS el malagueño Rafael Gálvez, de 76 años, mientras caminaba con dificultad apoyado en un bastón junto a su perra. Gálvez trabajó muchos años en el campo y ahora solo una valla de metal separa el huerto El Caminito del maltrecho habitáculo donde sobrevive, porque su pensión no le alcanza para pagar un alquiler.





martes, 5 de junio de 2012

Bienvenida

Este paisaje está enfrente de mi casa, en el barrio de la Rotxapea, en Pamplona/Iruña, en Navarra.



Es lo que veo cada mañana cuando me levanto y subo las persianas. Y cuando raras veces el tiempo acompaña es casi mi última vista antes de dormirme, porque me gusta despedir el día asomado un rato a mi balcón.

Este paisaje podríamos denominarlo como una versión del segundo milenio de lo que en el siglo pasado llamábamos una campa. Pero también, a mi modo de entender, esta vista es una metáfora del tiempo que estamos viviendo.

La campa tiene escasos retazos del pasado más lejano de esta tierra: árboles y arbustos, algo de fauna... Desde que hace unos meses un obrero valló su perímetro para que los vehículos no pudieran aparcar en ella, la Naturaleza se ha abierto paso exponencialmente. A ello también han ayudado las abundantes lluvias primaverales y el calor de estos últimos días.

También asoman por sus costurones reflejos de un tiempo pretérito no tan remoto, de cuando en mi barrio se abrían por doquier este tipo de espacios en convivencia con bloques de viviendas, casas de labor, huertas y fábricas en funcionamiento o abandonadas. Lugares donde los habitantes del barrio departíamos a falta de otros lugares más "urbanizados". Lugares donde los niños jugábamos, donde ardían las hogueras de San Juan, donde la gente cogía caracoles o flores...

Y, por supuesto, la campa tiene huellas de nuestro pasado más reciente. En una de sus esquinas un cartel recuerda que algún día sobre ella se construirán viviendas. Decenas de ellas. Tantas como el bloque que le cierra el frente. Pero llegó la crisis y el proyecto quedó en suspenso, levitando, en espera de tiempos más propicios.

Así que esta campa también nos habla del presente. De este presente convulso e incierto en el que debemos entre todos construir un futuro aún por escribir.

Porque aunque los planes fallaron, aunque quizá pasen lustros hasta que veamos la campa convertida en otro bloque de viviendas más, la vida sigue fluyendo en ella, a pesar de las vallas que en su día instalaron y que no solo cerraron el libre acceso de los vehículos.

En este blog pretendo narrar su historia, pasada y presente. A partir de hoy y hasta que consigamos un futuro mejor para ella. Haceros partícipes de este lugar extraño, singular, inacabado...