martes, 5 de junio de 2012

Bienvenida

Este paisaje está enfrente de mi casa, en el barrio de la Rotxapea, en Pamplona/Iruña, en Navarra.



Es lo que veo cada mañana cuando me levanto y subo las persianas. Y cuando raras veces el tiempo acompaña es casi mi última vista antes de dormirme, porque me gusta despedir el día asomado un rato a mi balcón.

Este paisaje podríamos denominarlo como una versión del segundo milenio de lo que en el siglo pasado llamábamos una campa. Pero también, a mi modo de entender, esta vista es una metáfora del tiempo que estamos viviendo.

La campa tiene escasos retazos del pasado más lejano de esta tierra: árboles y arbustos, algo de fauna... Desde que hace unos meses un obrero valló su perímetro para que los vehículos no pudieran aparcar en ella, la Naturaleza se ha abierto paso exponencialmente. A ello también han ayudado las abundantes lluvias primaverales y el calor de estos últimos días.

También asoman por sus costurones reflejos de un tiempo pretérito no tan remoto, de cuando en mi barrio se abrían por doquier este tipo de espacios en convivencia con bloques de viviendas, casas de labor, huertas y fábricas en funcionamiento o abandonadas. Lugares donde los habitantes del barrio departíamos a falta de otros lugares más "urbanizados". Lugares donde los niños jugábamos, donde ardían las hogueras de San Juan, donde la gente cogía caracoles o flores...

Y, por supuesto, la campa tiene huellas de nuestro pasado más reciente. En una de sus esquinas un cartel recuerda que algún día sobre ella se construirán viviendas. Decenas de ellas. Tantas como el bloque que le cierra el frente. Pero llegó la crisis y el proyecto quedó en suspenso, levitando, en espera de tiempos más propicios.

Así que esta campa también nos habla del presente. De este presente convulso e incierto en el que debemos entre todos construir un futuro aún por escribir.

Porque aunque los planes fallaron, aunque quizá pasen lustros hasta que veamos la campa convertida en otro bloque de viviendas más, la vida sigue fluyendo en ella, a pesar de las vallas que en su día instalaron y que no solo cerraron el libre acceso de los vehículos.

En este blog pretendo narrar su historia, pasada y presente. A partir de hoy y hasta que consigamos un futuro mejor para ella. Haceros partícipes de este lugar extraño, singular, inacabado...

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